QUE MI NOMBRE NO SE BORRE DE LA HISTORIA

Esta es la frase con la que se despidió de su familia Julia Conesa antes de ser fusilada el 5 de agosto del año 1939. Si este nombre no te dice nada, su deseo de pasar a la historia se habrá quedado en nada. Pero nunca es tarde y, por eso, estas líneas para recordar a todas esas mujeres que sufrieron la represalia de los ganadores de la Guerra Civil. Mujeres que llenaban las cárceles, atestadas de piojos, de enfermedades, de carencias, de hambre... La mayoría de ellas encerradas por pertenecer a las Juventudes Socialistas Unificadas, pero sin delitos de sangre y sin más implicación que defender la libertad. Ese día de agosto, murieron también otras 12 mujeres, pasando a la historia como las "trece rosas", en su mayor parte menores de edad y que han dejado como legado las cartas que escribieron a sus familias desde la prisión y también su lucha, su garra, su compañerismo y las ganas de mejorar las cosas.

"Que mi nombre no se borre de la historia...". Así sea