DESAHUCIADOS

Yo no soy muy asidua a esos programas de tele-realidad. Presiento que no son del todo objetivos y, además, el morbo por el morbo, no es que me encante.

Pero ayer y casi por casualidad, me topé con uno de esos programas en la televisión pública: "Comando Actualidad". Estaba yo haciendo zaping por hacer, sin mucha esperanza de encontrar algo que mejorara mi segunda opción para pasar el rato: leer, cuando apareció este programa.

Contaba diversos casos de personas que habían sido desahuciadas de sus casas, por impago de la hipoteca. Yo vi el caso de una mujer víctima de violencia de género y que vivía con su hijo. Ella, asomada al balcón, se convirtió en una espectadora de excepción de todo lo que ocurría en la calle. Policías varios, los representantes del banco, el representante del juzgado, más policías varios... Todo un despligue para echar de su casa a una mujer que por no tener, no tenía ni lágrimas en los ojos. Sólo esperaba un milagro que nunca llegó. Salió de su casa con los brazos cruzados y sólo cuando se vio así, sola en la calle, se puso a llorar.

Su siguiente destino: los servicios sociales y la concejala de turno (siempre son mujeres las de servicios sociales, ¿¿¿???) prometiendo una ayuda, vamos; migajas.

Mucho se podría decir de la actuación de los bancos, ya que esta mujer, además de perder su casa, debe al banco 80.000 €. Además, su propuesta de pagar un alquiler al banco para poder mantener la casa, fue echada en saco roto.

Pero lo que más me llamó la atención fue un grupo, bastante numeroso, que se presentó en su calle para impedir el desahucio. Habló con la policía, intentaron mediar, expusieron el caso de la mujer, la acompañaron a los servicios sociales... Eso sí es un servicio; gente ayudando a gente, así, porque les parece injusto y porque creen que deben hacer algo.

Quiero creer que el Movimiento 15-M no ha muerto del todo. Desde luego, viendo cosas como las de ayer, lo veo más vivo que nunca.

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